Los depósitos de expansión son componentes cruciales en sistemas de calefacción, refrigeración y suministro de agua, diseñados para absorber las variaciones de volumen del fluido causadas por los cambios de temperatura. Estos depósitos permiten que el sistema maneje de manera segura la expansión y contracción del líquido, previniendo el aumento excesivo de presión que podría dañar los componentes del sistema.
En su estructura, los depósitos de expansión suelen contener una membrana flexible que separa el aire del líquido. Cuando el líquido se calienta y se expande, el exceso de volumen es absorbido por el depósito, comprimido contra la membrana. Al enfriarse el líquido y contraerse, el aire presurizado empuja el líquido de regreso al sistema, manteniendo una presión constante y estable.