Los gases pueden provocar numerosos problemas en sistemas de climatización y calefacción, como la corrosión, deposiciones, ruidos, mala circulación, así como la disminución de la potencia térmica. La mayor parte proceden del aire atmosférico (oxígeno y nitrógeno), pero otros aparecen igualmente durante el ciclo de calefacción (CO2, hidrógeno, amoníaco y metano, entre otros). El purgador automático extrae el aire y gases acumulados en estas instalaciones durante el proceso de llenado de la instalación y facilita la aportación de aire al interior de la misma durante el proceso de vaciado, así como la purga de aire en cada emisor térmico. La purga no se realiza cuando hay circulación del fluido y el purgador está instalado directamente sobre conductos. En estas condiciones el fluido debe permanecer en reposo para que la purga sea efectiva. La instalación del purgador debe ser efectuada por personal técnico cualificado según la normativa vigente.